Me recomendaron esta restaurante en un recorrido por el Barrio Judio y pude visitarlo en mi último viaje a Roma.
Se trata de un sitio pequeño, sin grandes pretenciones, pero con una impronta bien Romana. Abre al mediodía y a la noche y es bastante conocido tanto por los locales como por los turistas.
Los precios son bastante altos, aunque la calidad y la cantidad es buena. Igualmente hay muchas opciones para comer bien en Roma a buen precio.
Aunque en lo posible hay que evitar los fines de semana, donde se suele llenar más, y el servicio puede ser bastante lento y es algo incómodo porque suelen colocar las mesas muy juntas.