El Palazzo Spada fue construido en 1540 por encargo del cardenal Girolamo Capodiferro y comprado en el 1632 por el cardenal Bernardino Spada, que encargó a Francesco Borromini modificarlo según la estética barroca de la época. Es famoso por su peculiar fachada y la galería Borromini.
En 1927 fue elegido como sede para la creación de una pinacoteca antigua en la que se exponen cuadros dispuestos en las paredes junto a esculturas, muebles y objetos pertenecientes a la colección de la familia Spada.
En el interior del palacio hay una escultura de Pompeo Magno, considerada como la estatua en la que a sus pies cayó Julio Cesar.
La verdadera sorpresa del palacio está en el patio interno, dónde Borromini realizó una obra maestra sin igual: la célebre galería Borromini, con un trompe-l’oeil de falsa perspectiva, en la que la secuencia de columnas de altura decreciente y el pavimento de mosaico que se alza, generan una ilusión óptica de una gallería de 37 metros, cuando en realidad solamente son 8 metros.