Esta bella iglesia situada en el barrio de Monti, no está entre los principales puntos turísticos de Roma pero por su estilo único es una visita obligada.
Su historia se remonta al siglo I d.C. La iglesia consta de tres naves divididas por columnas y pilares, aloja mosaicos maravillosos, todos los amantes del arte deberían visitarla al menos una vez en su vida.
El tema desarrollado en los mosaicos del ábside es apocalíptico, con el Cristo con el halo dorado y el Manuscrito, corderos, San Pablo, San Práxedes y la ciudad de Jerusalén.
Experiencia
Los frescos y los mosaicos son fantásticos, no deben dejar de visitar esta basílica si visitan Roma. Los mosaicos que se albergan en esta iglesia son los más representativos de las primeras arquitecturas cristianas.